I
Subsaharianos de miseria cebados,
sin futuro, amarrados al presente.
Pueblos de enfermedades asolados
y de hambrunas y de guerras dementes.
Personas de color sin más consuelo
que ver, de penuria, sus hijos muertos.
Como en su tierra tantos otros pueblos
inconformes esclavos del infierno.
Marcados de anacrónicos prejuicios,
aún hoy, por las gentes más miserables.
Su pecado es soñar y dar auspicio
de esperanza a mejor vida inefable.
Subsaharianos a la muerte sujetos,
niños y adolescentes secuestrados
y subyugados sus recreos inquietos.
A enfrentarse a los suyos obligados.
Sus tierras agrestes de negros cuerpos
sembradas, estepas y ríos teñidos
de roja sangre por salvajes lerdos
obviando la pureza en sus sentidos.
Cada día a muerte huele su pensamiento.
No pueden vislumbrar mejor futuro
que deambular hacia el norte, aun hambrientos,
en busca de un presente más seguro.
* * *
Que cruel realidad amarrada a los más los tristes destinos. Un cariñoso abrazo, Pilar
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