Hoy naciste luna fulgente,
tierno vientre de tierra fértil,
en penumbra, inmanente.
Quisiste se mujer alegre
y te quedaste en súplica estéril.
Arañaste el último segundo,
gritaste ilusiones fingidas.
Resultaste opaca, incompleta,
cual saco roto de mendigo
que dispersa su verde yerba.
Hoy rezaste y eres atea
y amenazaste serena
con ser tenebrosa tormenta.
Hoy sucumbiste ante la vida,
llenaste tus pulmones secos
de ajadas amapolas marchitas.
Regalaste tu último suspiro,
regaste de sangre la arena.
Hoy naciste luna fulgente
y al nacer ya morías,
tierno vientre de tierra fértil,
hoy…,¡sucumbiste ante la vida!
Constantino Yáñez.
Poema que surgió del escalofriante relato de una mujer maltratada colgado en la red, y de la que ya no he sabido ni he podido localizar.
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