VI
.
Al anochecer habrá otra avalancha
sobre la alambrada que les separa
de una Europa opulenta, a veces chancha,
tantas otras veces perversa y escara.
Tras el asalto ningún negro escapa,
carne de reo sin ilusión acaba,
inmorales heridas que no cejan.
De madrugada, a Marruecos entregan,
evitando así, cáusticas miradas
que clamen el asilo que les niegan,
que denuncien sus figuras carnadas.
Más de cincuenta reos en una celda
pequeña, sin darles de comer nada;
ante un tribunal que no les absuelva,
elevando su más triste balada.
Llevados de Tetuán a Fez, de allí,
a Oujda, en un camión todos hacinados,
hacen sus necesidades allí…;
niños, mujeres y hombres humillados.
Tres días hace ya que fueron detenidos
cuando alcanzan su ultrajante destino;
de su esperanza e ilusión desposeídos,
quedan desmoralizados, cetrinos.
De par en par las puertas del infierno,
una vez más, abren delante de ellos,
obstinados que regresan de nuevo
tras recobrar el mínimo resuello.
Ahora en sus corazones agraviados,
compungidos, ya resonó el golpe frío
y doloroso en desesperanza ahogados,
abatiendo el ánimo más altivo.
* * *
No hay comentarios:
Publicar un comentario