COMPRAR EL LIBRO

domingo, 1 de julio de 2012

A LA MUJER QUE SIEMPRE AMÉ




Hace ya muchos años que verte quiero
tus rizos caracoleando con el viento,
tus pequeños ojos y tus labios tiernos
para silentes susurrarme ¡te quiero!

Y quisiera ser yo ese dulce viento
que contempla y acaricia tu figura
sobre tu lecho, inerte,  desnuda,
porque enloquecer y morir me siento.

Como gota de agua ser quisiera
para correr tu cuerpo sin mesura,
besar tu piel como sublime tortura
y volver a la eterna primavera.

También quisiera ser rayo de luna
y que penetrara por tu ventana
para llegar al fondo de tu entraña
y que parieras nuestra gran fortuna.

Para siempre quisiera tu hermosura
contemplar, tu terso y redondo seno
libar y oprimiendo contra mi seno
sentir junto a mi tu dulce ternura. 

Me juraste amor, tu mejor veneno,
me sacié y lentamente fui muriendo
entre las mas bellas ninfas, queriendo
jurarte, también yo, amor eterno.
 

                                  Constantino Yánez 

1 comentario:

  1. Felicidades Constantino por este precioso poema: tierno, apasionado y bello.
    Saludos Pilar.

    ResponderEliminar