Se desvanece la tristeza
que envuelve
el aire que nos rodea,
que nos
quita el aliento,
cuando invades
nuestros recuerdos.
Colmas todos
nuestros sueños
con tu
gracejo, tu alegría,
tu
generosidad y cariño resuelto.
Derrochas
sonrisas agradables
y
comentarios espontáneos
que hacen
esfumarse funestos pensamientos.
Y haces que
lleguen días azules,
y en nuestras
manos se posen
pajarillos
colmados de dulzura.
Tu sola
presencia nos llena de alborozo
y un tierno
beso tuyo, Aitor…,
consigue que
demos infinitas gracias al cielo.
Constantino
Yáñez V. Octubre 2012
Que bello y tierno poema Constantino...me encanta,
ResponderEliminarfelicidades a Aitor, la fotografia idonea.
Abrazos Pilar.